En una jornada especial no solamente para los maradoneanos, si no también para el mundo del fútbol, Roberto Cejas rememoró el momento en que llevó en andas a Diego Armando Maradona luego de que Argentina se imponga a Alemania en la final de la Copa del Mundo de México en 1986. Mostró su dolor por el deceso del Diez, pero aquel recuerdo será con el que se quede.
“Nos sentimos todos muy mal. Hoy tuvimos que despedir algo tan grande que nos dio el fútbol y la vida. Continuamente recordándolo, viendo todas las imágenes, acordándome de esto que tuve la suerte de vivir con él. A veces no me salen las palabras”, comenzó diciendo Cejas.
Acerca de si fue consciente de lo que vivió en México 86, relató: “muchas veces lo pensábamos y lo discutíamos, de tenerlo a Maradona y tener la copa arriba: no hay plata en el mundo que pueda pagar una cosa como esa. Si bien a uno no le interesa la plata, si no el honor de tener esos dos íconos en tus hombros. Es impagable”.
Además, contó cómo ingresó al campo de juego. “Entrar a la cancha fue bastante lindo. Éramos siete, teníamos cinco entradas y gracias a los amigos mexicanos con unos dólares nos dejaron entrar al mejor lugar. Al borde del foso, pegados prácticamente al arco. Ver el partido desde ahí fue emocionante y lindo. Nunca lo hubiera esperado. Después, pasar a la cancha era la idea que tenían todos. Dentro de lo difícil que es entrar a la cancha, eso fue fácil. No había tanto policía adentro, saltar la fosa vacía fue fácil. Con esa edad, fue fácil”.
Y luego, lo vivido dentro de él. “Saltar y hacer payasadas adentro, como dar vueltas carnero, agarrar banderas, pensando que en algún momento iba a ver un video y poder identificarme. Era una cuestión de seguir festejando. De pronto vimos que estaban dando la vuelta olímpica, nos apuramos y los alcanzamos en el área chica. Diego se frenó delante de mí, no lo había visto porque queríamos hacer una ronda para que vayan ellos solos”.
En este sentido, explicó cómo fue el momento en que terminó con Diego en sus hombros. “Él se da vuelta, me mira, y fue una mirada como ‘sacame a bailar’. Así fue. Metí la cabeza y salimos al trote desde el área chica hasta el otro lado. El me dirigía. No sabía ni para dónde iba yo. Iba para donde me dirigía”.
“La verdad que no me di ni cuenta. Eso fue el domingo. El lunes salí a comprar pasajes porque me quedé dos semanas, me fui a Acapulco y Cancún, aproveché el viaje. Se me da por mirar a un kiosko y estaba Maradona y a mí se me veía la frente. Empecé a buscar diarios y me los traje a todos. Ahí fue cuando me di cuenta de la magnitud”, relató.
Por otro lado, contó que volvió a encontrarse con Diego tras ese hecho. “Una sola vez. Lo vi en acá en Brasil para el Mundial, el estaba con la incógnita de que no sabía quién lo había alzado. El ya estaba en Brasil, me llamaron de la producción del programa para hacerle una sorpresa a Diego. Aparecí entre en medio de las cámaras, tuvimos un lindo encuentro, un abrazo y unas palabras hermosas. Todo hermoso, un afecto muy grande que recibí de él porque él era así”.
“Pedir que lo dejen descansar en paz. Nos dio todo, y se lo merece”, cerró.
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