Portada  |  24 julio 2021

Los estibadores paran en repudio a la golpiza que recibieron dirigentes por pedir salarios más altos

La medida se hará efectiva desde la 0 hora del próximo 30 de julio, de acuerdo a la decisión tomada en un plenario de la Federación de Estibadores Portuarios Argentinos. Fueron cuatro los agredidos por una patota de unas 50 personas.

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Los gremios estibadores portuarios definieron un paro nacional de 48 horas en repudio a la brutal golpiza que fueron víctimas dirigentes sindicales del sector por reclamar por mejoras salariales y laborales en los puertos de Entre Ríos.

La medida de fuerza fue resuelta por la Federación de Estibadores Portuarios Argentinos (FEPA) durante un plenario realizado este jueves en las instalaciones de la CGT Regional Mar del Plata, realizado de manera presencial y virtual con participación de dirigentes de todo el país.

El paro se concretará a partir de la 0 hora del próximo 30 de julio en todos los puertos argentinos donde los SUPA -sindicatos portuarios que integran la FEPA- tienen representación gremial.

La organización resolvió la acción sindical al cumplirse una semana de la emboscada sufrida por dirigente de la federación, entre ellos su secretario general Marcelo Osores, en Concepción del Uruguay cuando se dirigían al puerto local a una asamblea con trabajadores de la empresa Urcel SA.

Cuatro dirigentes estibadores fueron atacados por una patota de unas 50 personas. Sufrieron fuertes golpes y debieron ser supervisados por personal médico.

La FEPA reclama el cumplimiento de la legislación vigente y el encuadramiento de los trabajadores de la empresa en el convenio colectivo de los estibadores lo que se traduciría en mejoras en las condiciones laborales y de salarios.

La representatividad del SUPA local ya fue ratificada en tres oportunidades por autoridades laborales y por el Ente Autárquico Puerto Concepción del Uruguay. Solo resta un dictamen del ministerio de Trabajo de la Nación, que se encuentra “pisado”, denunció Osores, quien apuntó contra Miguel de Virgiliis, uno de los asesores más cercanos al ministro Claudio Moroni.

“De Virgiliis tiene la solución en sus manos y no lo hace. Él mismo dio la razón a nuestro reclamo pero por presiones o amiguismo con algún dirigente sindical ha pisado la contestación a la respuesta final que le tiene que dar a la empresa”, señaló el titular de la FEPA.

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