Portada  |  20 noviembre 2020

La clorofila revela imágenes mágicas

Gracias a la antigua técnica de la antotipia, el fotógrafo Juan Palacios, obtiene obras únicas, sutiles y ecológicas. Es un maestro en estos procedimientos y nos cuenta cómo llegó a este arte efímero, que debe preservarse en la oscuridad y aún así, desaparece con el tiempo.

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*Por Fabián Scabuzzo

El siglo XIX fue un quiebre histórico en muchos aspectos, la revolución industrial, el romanticismo, la medicina social, pero también los inventos que marcaron nuestra vida: la locomotora, el teléfono, la lampara eléctrica, el fonógrafo, la radio, la Coca Cola y la pasteurización. Pero también fue el siglo que dio inició al cine (1895) gracias a que unas décadas antes se inventó la fotografía (1839).

La idea de capturar imágenes más allá de la pintura, el grabado o la escultura, desveló a los humanos desde el 1558, cuando el alquimista Giovanni Battista della Porta desarrolla la cámara oscura, el pequeño orificio de una habitación a oscuras que proyecta lo que hay en el exterior y que dio principios a la cámara fotográfica 300 años más tarde.

El daguerrotipo inauguró a mediados del Siglo XIX la fotografía moderna, se obtenían imágenes de calidad sobre una superficie de plata pulida, y lo más importante es que, por sus tiempos de exposición, se podían retratar personas. En el camino quedó un proceso descartado porque sus imágenes se desvanecían en poco tiempo, hoy recogido como una forma de arte efímero, sutil y poético: la antotipia.

Las fotografías y las plantas

Juan Palacios es un fotógrafo experimental, amante de procesos antiguos de la fotografía, y fue seducido por la antotipia, con todo el peso significativo que tienen hoy los procedimientos ecológicos, las flores, las hojas, el sol y la clorofila, que son las herramientas con las que se obtienen bellísimas imágenes, gracias a la fotosensibilidad de las plantas.  “Estaba preparando un trabajo sobre cianotipos que es también otra técnica fotográfica antigua de 1842, con la cual se obtienen imágenes en color azul cian, y como me gusta mucho la química, entré a investigar de qué manera podía cambiar el color de estos cianotipos, para obtener distintas tonalidades, y consultando un libro muy antiguo de fotografía,  en la biblioteca virtual de Estados Unidos,  encontré por primera vez la palabra antotipia y me llamó la atención, fue una técnica que me fascinó y hasta el día más y cada día me sorprende y me fascina aún más, nos cuenta, y agrega,   “El mismo y fotógrafo que inventa el cianotipo, John Frederick William Herschel, descubre la antotipia”.

En la obra de Palacios es frecuente ver retratos antiguos que asoman en las superficies de hojas de plantas, con colores diversos, “Generalmente en la mayoría de mis trabajos elijo fotografías antiguas que son de archivo familiar y también me gusta mucho trabajar con impresiones de hojas o de plantas Incluso, en este momento estoy trabajando sobre un herbario antiguo” y nos relata que en pandemia sale a caminar y recoger aromáticas, hojas y planta que aplicará en futuros fotolibros, gracias a la técnica de impresión en clorofila.

Paciencia en un mundo ansioso

¿Es fotografía o arte?  “ Yo creo que tiene algo de las dos cosas cómo técnica fotográfica la verdad que es apasionante y es para poner a prueba la paciencia a full , yo en mis talleres siempre digo que es una técnica sencilla, económica y ecológica, para cual sólo se procesan cuatro elementos: un pigmento vegetal, agua, papel y el principal de todos que  es la paciencia: porque para obtener solamente una imagen necesitamos preparar el pigmento, preparar el papel, exponer la imagen al sol,  y esperar a que la imagen se  grabe y esto puede llevar, dependiendo del pigmento, horas, días, incluso semanas, para obtener solamente una copia que es probable que salga bien, como que salga mal”.

Las imágenes son tan sensibles que deben ser preservadas y exhibidas en penumbras, por eso es un arte efímero, ya que al ver la luz van degradándose, y esto también puede ser un hecho artístico: “la fascinación que produce al mirar estas imágenes las imágenes, al verlas personalmente te hace pensar si son fotografías o si son acuarelas, o si son dibujos, porque las imágenes que se logran son muy sutiles, monocromas, muy delicadas.  En una muestra que hice hace unos años la cual se llamaba Flora, y a propósito colgué algunas de las obras delante de una ventana, la cual le daba luz de sol directa para que esas imágenes se fueran diluyendo o perdiendo con el paso de los días, y eso generaba una atracción porque vos iba pasando día tras día y la imagen que se iba perdiendo, me acuerdo de que eran unas láminas en color verde y que terminaron siendo de un color muy clarito, prácticamente imperceptible”.

“Hoy a pesar de la era digital y de las pantallas, de la fotografía con celular, es muy importante que estos procesos fotográficos antiguos y alternativos se sigan usando, es muy bueno para frenar un poco el frenesí, la locura con la que vivimos el día a día. Como te decía anteriormente, para obtener una sola antotipia hay que esperar desde horas hasta días, es todo un proceso que se disfruta desde el primer momento “, además destaca que es un proceso 100% ecológico: no utiliza ningún tipo de químico contaminante, y la materia prima son pigmentos vegetales, obtenidos a partir de condimentos, de frutas, de flores y hojas. Incluso yo tengo antotipias hechas con el césped del patio de mi casa, y se puede trabajar con niños, adultos, fotógrafos profesionales, personas quienes le interese la fotografía y que le interesa el arte”.

Como vemos, Juan es un maestro de esta técnica y brinda talleres en todo el país, y en esta época de pandemia se abrió a las clases on line que le permitieron sumar alumnos del exterior. Rescata lo que le escribió una alumna española, al que él le agregó algunas palabras: “La vida es efímera, cada instante comienza y se acaba, cuando congelas un instante en la fotografía sabes que ese instante no se volverá a dar, es único, y sólo durará un tiempo más o menos largo en un papel, en un disco duro de una PC, o simplemente en tu mente.  Cuando trabajamos con antotipias sabemos que la técnica es efímera, las fotos pueden durar algunas semanas, o meses, protegidas en la oscuridad, al abrigo de la luz, y permitiéndonos disfrutarlas mientras el tiempo pase, y la luz va diluyéndolas hasta desaparecer casi por completo”.

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Las imágenes  que acompañan la nota están realizadas con pigmentos de cúrcuma, remolacha, espinaca, moras, zanahorias, repollo morado y  pétalos de flores, entre otros.

 

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