Adriana tenía 75 años y era docente jubilada. Su marido José era un año menor. Ambos vivían en una casona repleta de plantas, frente al Campo de la Gloria, en la ciudad de San Lorenzo.
Este miércoles, un familiar encontró la puerta abierta, ingresó a la casa de Belgrano y Colón y se encontró con ambos sin vida. Arriba de la mesa hallaron una carta: "No culpen a nadie: Cacho". Y sobre la mesada de la cocina secuestraron dos tazas que mandaron a realizar pericias toxicológicas.
Allegados confiaron que Adriana padecía una enfermedad de deterioro de la memoria. Cacho era el apodo de José, añadieron. La Fiscalía de San Lorenzo investiga si el matrimonio murió por envenamiento.
De hecho la fiscal Natalia Benvenuto ordenó que se convoque al gabinete criminalístico de la AIC y al médico de Policía, relevamiento de cámaras y entrevistas a familiares y vecinos.
Informaciones preliminares dieron cuenta de que no se encontraron anomalías en la vivienda. La fiscal ordenó que los cuerpos sean remitidos al Instituto Médico Legal para que sean sometidos a autopsia.
Además dispuso el secuestro de la carta, las tazas y las cucharas utilizadas a los fines de exámenes toxicológicos.
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